Mi amor por lo hecho a mano y el detalle minucioso siempre me acompañó. Con esa sensibilidad que tengo por las manualidades, comencé a explorar el mundo de los tocados clásicos, creando piezas únicas con cristales checos, perlas naturales, flores y hojas esmaltadas. Cada creación es una historia contada con hilos, brillo y delicadeza.

Poco a poco, mi universo se fue expandiendo: surgieron accesorios que dialogan con cada tocado —aros, gargantillas y piezas que completan el estilo con armonía y elegancia. Y con el deseo de seguir creciendo, me sumergí en técnicas de joyería en metal, permitiéndome confeccionar tocados personalizados para novias, quinceañeras y ocasiones especiales, con una impronta completamente artesanal.

Hoy, cada una de mis piezas está hecha a mano, con amor, tiempo y dedicación. Porque creo en lo auténtico, en los detalles que cuentan, en la belleza que se siente… no solo se ve.